A toda prisa y tras la decisión del Eurogrupo de extender el crédito de Grecia cuatro meses, Atenas trabaja ya para presentar el lunes las reformas concretas que convenzan definitivamente a sus socios, mientras celebra un acuerdo que asegura que deja atrás la era de los rescates.
Tras tres reuniones del Eurogrupo y tensas negociaciones marcadas por el tira y afloja entre Atenas y Berlín, escenificado por sus ministros de Finanzas, Yanis Varufakis y Wolfgang Schäuble, el Gobierno griego ha logrado un acuerdo, que si bien depende de las propuestas concretas que presente en dos días, mantiene parte de sus líneas rojas.
Se suprime el objetivo de superávit primario del 3 % del PIB para este año y del 4,5 % para 2016 y en su lugar, el crecimiento se fijará en función de “las circunstancias económicas” de Grecia.
Atenas ha conseguido también congelar las medidas que exigían aumentar el IVA, una medida que afectaba especialmente al turismo, el motor económico de la economía helena, y reducir las pensiones. En su lugar, ha logrado centrar el pacto con los socios en base al objetivo común de combatir la evasión fiscal y la corrupción, reformar la administración pública y luchar contra la crisis humanitaria.
«Grecia ha pasado página» o «estamos empezando a ser coautores de las reformas» fueron los mensajes que lanzó el Ejecutivo nada más conocerse el resultado de la reunión para transmitir que no ha dado marcha en todas sus posiciones, sino ha ganado «tiempo» para negociar un acuerdo más amplio. (Agencias)