Negociar o reprimir, he ahí el dilema

CONCIENCIA CIUDADANA

En verdad es tan grande el tamaño de lo que sucede en la educación nacional que nuestros gobernantes parecen no estar en condiciones para enfrentarlo. Y es tan grande porque lo que se juega en torno a ella es, nada más ni nada menos, que el proyecto mismo de nación.

 

Las declaraciones del recientemente nombrado secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, en relación a que los maestros opositores deben dejar de temer a los líderes que “les obligan” a participar en las marchas de protesta contra la reforma educativa, y más bien a temer las represalias que la Secretaría a su cargo aplicará a quienes falten a sus clases por asistir a esos eventos, ha sido una más de las pifias entre las grandes pifias con las que los encargados de dirigir la SEP de este sexenio hayan expresado.

            Nuño Mayer, quien cuenta con un grado de maestría y ha ejercido la docencia parece haber adoptado, al hacerse cargo de su responsabilidad, la misma actitud de Emilio Chuayffet Chemor, su antecesor como secretario de educación. También éste incluyó en su vasto curriculum haberse graduado con “once” de promedio; pero, igual que Nuño Mayer, puede decirse que no han llegado al puesto más importante del sistema educativo federal para transformarlo haciendo uso de su inteligencia y experiencia, sino para aplicar a pie juntillas las indicaciones precisas de quien los manda, es decir, el macro grupo de interés compuesto por las agencias económicas internacionales, las oligarquías criollas empeñadas en transformar a la educación en un instrumento fiel de sus necesidades productivas, el liderazgo corporativo del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, las altas burocracias de la propia SEP y los intelectuales orgánicos de la academia instalados en el último vagón de dicho tren manipulando la teoría y la planeación educativa con el fin de convencer a docentes, alumnos y padres de familia de que la reforma educativa es lo mejor que puedo haberse dado y que no tardará en dar los frutos deseados.

            En un lugar relevante e importante, pero al parecer definitivo en la toma de decisiones, se encuentra el presidente de la república, quien por sus actos y actitudes parece haberse plegado incondicionalmente a los intereses y caprichos de tal alianza de poder, calificando negativamente no solo a los “maestros que no quieren a los niños ni trabajan para su bienestar”, como pedestremente han sido calificados por las autoridades y sus voceros, sino aún a las voces calificadas de la investigación, la academia, la ciencia y el arte, que señalan con argumentos cada vez más contundentes el error de haberla aprobado sin un consenso social y magisterial, lo suficientemente sólido para lograr el cambio educativo que demandan nuestros tiempos.

            Pero Peña Nieto parece no comprender o no interesarle ya el peso de estas opiniones ni las consecuencias de ignorarlas. En los últimos días, el presidente ha preferido señalar que la resistencia a sus reformas está siendo generada por los políticos populistas y gente que no comprende su sacrificio, saturando la televisión y la radio con mensajes elaborados con tal propósito. Y hasta en la entrega de los premios nacionales de la juventud, escenificó un agradecimiento a uno de los jóvenes que le regaló una Biblia, aconsejándole que no hiciera caso de las críticas y siguiera adelante en su tarea. ¡Ups!

            En verdad es tan grande el tamaño de lo que sucede en la educación nacional que nuestros gobernantes parecen no estar en condiciones para enfrentarlo. Y es tan grande porque lo que se juega en torno a ella es, nada más ni nada menos, que el proyecto mismo de nación, existiendo ya un conflicto de proporciones tan vastas que solo puede resolverse por dos vías: o el entendimiento de todas las partes en conflicto o el choque violento entre ellas y, al parecer, Peña Nieto y Nuño Mayer han escogido la segunda vía, es decir, la alternativa violenta.

Con ello, en lugar de apagarlo, echan más leña al fuego, pues si creen que intimidando a los maestros los van a someter al orden que se proponen están equivocados; desconocen la historia nacional y el resultado de las decisiones autoritarias sobre un gremio con tanta raigambre social como son los mentores. Paradójicamente, con esa actitud el señor presidente y el señor secretario de educación se colocan del lado de las fracciones más radicales del magisterio, las cuales claman por una lucha frontal contra el sistema, del cual ya nada esperan. ¿Será que los intereses de cada uno están terminando por unir sus propias intransigencias hasta llegar a concluir con sus adversarios en la misma solución?

Pero no son los maestros radicales los únicos que están hartos de esa actitud despectiva y discriminatoria de las autoridades federales. Decenas de miles de ellos, aún los que aceptan disciplinarse al SNTE y a las decisiones variables y fallidas de la SEP -tales como los exámenes de integración, evaluación y permanencia o las tutorías a los maestros de nuevo ingreso, las nuevas condiciones laborales, etcétera-, no están conformes ni se tragan el cuento aquél de que ellos son “los maestros responsables que trabajan por los niños de México”, pues viven en carne propia las mismas condiciones económicas, laborales y del ejercicio de su profesión que padecen quienes militan en las filas de la oposición magisterial. Y podría ser, que, de un instante a otro, puedan surgir nuevos escenarios de participación entre ellos, a pesar de las pesadas cadenas que los atan a sus liderazgos.

Una resolución apenas dictada por la justicia permitiendo que Elba Esther Gordillo curse sus malestares físicos en un hospital y no en la cárcel, puede ser un indicativo que haga pensar que la estrategia dura ha fracasado, y que se ha juzgado necesario la presencia de una figura que, si bien no se distinguió en el pasado por el ejercicio democrático de sus funciones sindicales, al menos sí lo fue por su capacidad negociadora al interior y al exterior de su gremio.

Pero interpretarlo así significaría que la cerrazón gubernamental comenzaría a recular y eso, por lo que se ve, no parece ser la intención de las autoridades. Y RECORDEMOS QUE VIVOS SE LOS LLEVARON Y VIVOS LOS QUEREMOS, YA, CON NOSOTROS.

 

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