HOMO POLITICUS
La verdad de la verdad, es que el sistema en que nos tocó vivir es miserable y mezquino, unos pocos se sirven de la mayoría y engordan como gusanos en manzana podrida.
Más de tres década de neoliberalismo en el mundo y mucho es el ruido y pocas las nueces para los países de capitalismo dependiente, el otrora llamado tercer mundo.
El informe Latinobarómetro, ha dejado en claro que pocos son los países en América Latina que experimentaron crecimiento económico, elevación de la calidad de vida, disminución de la pobreza, abatimiento de la desigualdad social y control público en materia de seguridad. Aunado a ello, preocupante resulta la erosión de la cultura política en el hemisferio, ya que la encuesta practicada por Latinobarómetro reveló que existe una marcada tendencia hacia la desideologización de las personas, lo cual indica que no les interesa la realidad pública de sus entornos y no suelen participar en ella tampoco.
El modelo neoliberal ha enriquecido, significativamente a grupos que unidos al control político del Estado, han creado un paraíso terrenal y emporios económicos, pero han concentrado la riqueza y las oportunidades sociales a tal grado, que hoy Europa y Estados Unidos están perfilando dos nuevos conceptos ante la alarma que les provoca una posible respuesta social ante la desigualdad. Por una parte capitalismo sustentable y por otra, capitalismo incluyente.
El capitalismo incluyente, es el planteamiento desde las cúpulas económicas de los gobiernos en el que se ha llegado a la conclusión de que se debe repartir y apertura de la riqueza para generar un mayor dinamismo de las economías. Dicho de otra forma, chingar un poco “menos”, a los países de capitalismo dependiente para no matar a la gallina de los huevos de oro.
En términos reales el capitalismo incluyente no es otra cosa que un estire y afloje ante las serie de presiones sociales y reacomodos político-económicos, que advierten las grandes potencias ante el serio peligro de movimientos que se salgan de las manos como lo implica la migración de países africanos y de Medio Oriente, aunado, a nuevas condiciones geopolíticas como la intervención rusa en Siria.
La verdad de la verdad, es que el sistema en que nos tocó vivir es miserable y mezquino, unos pocos se sirven de la mayoría y engordan como gusanos en manzana podrida.