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La rana en la sartén

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La depreciación del peso mexicano frente al dólar estadounidense tiene un impacto en la inflación. Dado que el estado de la economía global es adverso, la estabilidad financiera del país depende en buena medida de ajustarse nuevamente el cinturón.

 

En la encuesta del mes de septiembre realizada por el Banco de México (Banxico) a especialistas económicos del país se observa que la expectativa sobre la inflación general para el cierre de 2015 se mantenga en 2.75 puntos en promedio. Esperándose que aumente a 3.43 puntos en el cierre de 2016. Esto se contrapone a la expectativa oficial de que la inflación general irá a la baja, siguiendo con las premisas de la responsabilidad económica. No obstante, se presume que continuará dentro del rango de 2 a 4 por ciento, por lo que no se esperan cambios bruscos en el ámbito macroeconómico.

En el ámbito microeconómico, sin embargo, la situación es distinta pues ciertamente se afecta, aunque “poquito, el poder adquisitivo de las familias. Ocurre que con el tiempo, quienes diseñan las políticas públicas de carácter económico, han aprendido que las acciones graduales son más efectivas. Así que no esperemos nada espectacular.

Es como la parábola de la rana y la sartén de agua hirviendo. Incluso puede hacer el experimento si es de su agrado degustar unas deliciosas ancas de rana y no tiene experiencia en el arte de la cocina. Eche usted una rana a una olla con agua hirviendo y lo más probable, si antes no ha recibido algún tipo de terapia mediática que la aletargue, es que ésta salte inmediatamente hacia afuera de la olla y consiga escapar del proceso de cocción.

En cambio, si inicialmente en la olla el agua se encuentra a temperatura ambiente, al echar la rana se quedará cómodamente instalada, en un estado de confort tal, que no notará cuando el agua se comience a calentar. Usando una flama moderada, con el aumento de calor, poco a poco la rana perderá capacidad de reacción, amoldándose a la nueva temperatura hasta quedar hervida.

Si en lugar de una rana, lo que se cocina es toda una comunidad –la mexicana- por ejemplo. En el largo plazo ésta no reaccionará en lo más mínimo o lo hará sólo en niveles manejables al interés de quienes tienen la sartén por el mango. Tal y como ha ocurrido desde la década pérdida de los ochenta.

Recientemente la Secretaria de Hacienda anunció una reducción en las expectativas de crecimiento económico para éste año, al igual que Banxico y otras organizaciones como la Comisión Económica para América Latina y El Caribe o el Consejo Coordinador Empresarial. El ajuste a la baja en el pronóstico implica que hay desaceleración económica, debido principalmente a la debilidad estructural de la economía mexicana y su dependencia del exterior.

La depreciación del peso mexicano frente al dólar estadounidense tiene un impacto en la inflación. Dado que el estado de la economía global es adverso, la estabilidad financiera del país depende en buena medida de ajustarse nuevamente el cinturón y, si es posible, aumentar ingresos fiscales. Con ello, habrá que aumentar un poco más la intensidad de la flama por debajo del sartén, aunque nada tiene que ver con el calentamiento global.