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¿El carrito ganador?

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Por: El Pequeño Timmy 

Nada tan más oportunista que pretender subirse al “carro ganador” pero nada más vil y perverso que intentar crear en el imaginario colectivo que el carro ganador lo conduces tú. El efecto del “carrito ganador” es explicado en la universidad como la conducta que adopta el individuo al seguir sin más, a la mayoría en la toma de decisiones o en actividades que se realizan en el momento, sólo por sentirse parte de esa tendencia. Para ejemplo claro de esta situación, está la forma en que este efecto es utilizado en la política. 

La gente tiene que elegir entre candidatos, sin embargo al no tener una convicción hacia un perfil en específico comienza a escuchar las opiniones de sus vecinos, familiares y también las encuestas, lo que podría influir al momento de emitir su voto. Yo mismo he escuchado entre algunos vecinos comentarios como el siguiente: “hay que votar por el que va ganar, ¿para qué darle el voto al que va perder?”. 

Este efecto ha sido estudiado desde la psicología. El experimento más conocido es el que hizo el psicólogo Solomon Asch en el que se pudo observar lo explicado con anterioridad. Y aunque es mucho más complejo de lo que podría explicarlo aquí, se puede ver muy bien en tiempos electorales como los que vive actualmente Hidalgo, situación que vamos a aprovechar para ver el oportunismo y la ambición de algunos perfiles en dos procesos.

Carrito ganador Morena 

El primero, que se ha podido ver en todo el país, es el oportunismo que han ejercido innumerables perfiles de políticos que tienen antecedentes de acusaciones por corrupción,  de ser ahijados o compadres de otros políticos, los parásitos de la política que nunca han tenido un respaldo real desde la ciudadanía, entre otros, y que al ver que sus partidos ya no tenían más puestos que ofrecerles, buscaron subirse al carro del partido que ahora está en el poder, Morena. 

Es decir, todos aquellos interesados, enfermos de poder, que no tienen una ideología política sólida, los que prostituyen su dignidad con tal de tener un hueso, los que se arrastran o los que buscan negociar el poco capital político que obtuvieron dando migajas y sobras de los grandes banquetes que se dieron al estar dentro de la política. 

No es raro ver que perfiles priistas como el de José Luis Lima Morales, o Canek Vázquez Góngora  ahora se digan abiertamente morenistas, o que contradicciones tan grandes como las de los perfiles que surgieron en la “derecha más conservadora” como es la del PAN, también hayan corrido a Morena, “el partido de la izquierda”. 

Y qué hablar de los perfiles del PRD, como el de la diputada Areli Miranda Ayala que ahora andaba buscando una candidatura por Morena, o el del diputado Crisóforo Rodríguez del PES que también estaba levantando la mano por Morena. 

Tampoco faltan los perfiles faltos de una ideología política sólida, que irían a las elecciones con cualquier partido político que les ofrezca la candidatura como lo ha expresado el propio Israel Félix Soto, que fácilmente daría la espalda al partido donde nació (PRI) por irse dentro del carrito ganador.  

La situación es que esperan que Morena sea, en las próximas elecciones, el “carrito ganador”, y estos junto con los del Grupo Universidad, serían los oportunistas que buscarán formar parte de los pasajeros que irán dentro, sueñan con un voto masivo por Morena, sin que la gente vea los lobos que se han disfrazado de ovejas, sin que haya diferencia entre traidores, parásitos, perfiles huecos sin ideología política real, o los que buscan servirse del pueblo y no servir al pueblo. 

Ganadores de encuestas “patito”

En otro punto están los que se quieren hacer pasar por conductores del carrito, aquellos que buscan generar entre la gente la falsa idea de que son el mejor perfil para encabezar las planillas, y que para lograr esto, entre otras acciones publicitarias, contratan supuestas encuestadoras para que sean estas las que se encarguen “como jueces sin metodología” de señalar a los perfiles “mejor posicionados”, sin que esto sea real y sin que el perfil que apuntalan tenga el verdadero respaldo de la gente. 

Encuestas que ponen a perfiles que no podrían competir, a los que ni en su casa los conocen, los que por alguna razón estatutaria no podrían participar en la propia contienda dentro de los partidos políticos, y que ponen al perfil seleccionado para “apuntalar” como el mejor, no se pueden tomar con seriedad, porque en el país de los ciegos el tuerto es rey y la gente puede emitir un voto en la encuesta no por el mejor sino por el menos peor, es decir una encuesta a modo dónde en caso de no “haber más” se elige al menos peor aunque este no sea el “mejor” perfil comparado con otros que no participaron en dicha encuesta.

¿Y a ustedes les suena conocido que el nombre de cierto político que al menos entre sus conocidos no figure como el mejor o al contrario sólo se escuchen comentarios negativos de él, esté por encima en una encuesta? ¿Usted votaría por alguien sólo porqué dicen que es el mejor? ¿Votar el partido, o votar por el candidato o candidata? 

La realidad es que hoy un voto por Morena no garantiza que sea un voto real para la izquierda, ya se vio tan sólo en el congreso local como un grupo (universidad)  que llegó por Morena, ha traicionado, ha mentido y no ha ido acorde a la ideología morenista y todo porque se subieron a tiempo al entonces “carrito ganador”.