Fotógrafo suizo
- Recuerda que entre sus maestros estaba Antonio Reynoso, quien le enseñó la importancia del encuadre
La décima edición de “Los jueves de Cine” en la Casa Buñuel tuvo como invitado especial al ganador del Ariel de Oro, el cinefotógrafo suizo Toni Kuhn, quien fue entrevistado por el documentalista Juan Carlos Rulfo, quien lo definió como “el hombre de la eterna sonrisa”.
Nacido en Biel, Suiza el 6 de diciembre de 1942, Toni llegó a México para estudiar en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, tras ser cautivado por “Un condenado a muerte se escapa”, de Robert Bresson.
Recuerda que entre sus maestros estaba Antonio Reynoso, quien le enseñó la importancia del encuadre, con un ejercicio muy sencillo, que sigue aplicando hasta la actualidad. Otro maestro con el que trabajó fue Alex Phillips
Comenzó a colaborar con directores del CUEC como Raúl Kampfer en Mictlán, Alfredo Joscowicz con el que filmaría “Crates” y “El cambio”.
Obtiene su primer Ariel por “Ora si tenemos que ganar”, una cinta de Raúl Kampfer sobre el movimiento minero con Patricia Reyes Spíndola.
Su segundo premio ocurriría 12 años después con “El diablo y la dama” de Ariel Zuñiga, un filme que provocó un escándalo en una Muestra Internacional.
Toni confiesa que tuvo que subsistir durante algún tiempo haciendo publicidad para una conocida marca de licores, con Anthony Quinn, pero que en una ocasión, ya a punto de entrar a la oficina del publicista decidió abandonar esa carrera para siempre.
Explica que trabajó en una época para Televisa, pero que aunque pagan bien, explotan a la gente, y se respira un ambiente de miedo semejante al de las prisiones.
Otros de los filmes destacados de su fructífera carrera son “Retorno a Aztlán”, “Mujeres insumisas” y “Eréndira Ikumari”.