La celebración por los 50 años del primer poemario del maestro Hugo Gutiérrez Vega (1934-2015), “Buscado amor”, se convirtió en un emotivo homenaje póstumo al poeta, diplomático, periodista, actor y divulgador cultural que falleció el pasado 25 de septiembre.
En la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, Lucinda Ruiz Posada, viuda del periodista, agradeció su “paciencia y cuidados, la ternura, la generosidad y el apoyo irrestricto para todo. Tus piropos y nuestros enojos. Te agradezco la libertad que has dejado en todos los órdenes y que a tu familia das con generosidad sin límites”.
Comentó que el maestro “no tuvo una larga enfermedad (…) Mi abuelita siempre pedía: ‘poco mal y buena muerte’. A él se le concedió y a mí, ser quien le cerrara los ojos, rodeado de sus hijas y nietos y oyendo las oraciones, la carta de Bruno, las canciones de Rita y los mensajes que les escribieron sus tres nietos ausentes y acongojados”.
Además, Lucinda Ruiz compartió con los asistentes los últimos días de su esposo y lo que sería su último poema “Niño en la arena”, inspirado en el niño inmigrante sirio, muerto en playas europeas:
“Esa mañana tu madre te vistió con especial cuidado/ como para el primer día de escuela/ tus botitas lustradas, el pantalón y la playera sin una sola arruga/ Veo tu cuerpecito tendido en la playa, pareces dormido, pero no lo estás: estás muerto/ te has ido porque este mundo de fronteras y garrotes no te merecía/ Te ves tan tranquilo, pequeño niño en la arena, estás dormido, dormido”.
En su oportunidad, Cristina García Cepeda, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), expresó: “Los poetas no se van del todo, su memoria perdura mientras alguien recuerde su voz”.