Cataluña quiere el archivo Balcells

El fallecimiento de Balcells también deja en el aire el futuro de su agencia, después de que recientemente abandonara la misma Guillem d’Efak-Ferré, teórico sucesor, y de que tampoco prosperara el acuerdo alcanzado en 2014 con el estadounidense Andrew Wylie.

 

Al fallecer el pasado domingo en Barcelona, la prestigiosa agente literaria Carmen Balcells dejó como legado un patrimonio cultural de incalculable valor para las letras hispanas, pero la conocida como “Mamá Grande” también amalgamó durante su dilatada carrera un vasto archivo personal tangible, sobre el cual tienen puesta la mira tanto el gobierno de España como el de Cataluña.

“Sé que ella quería que parte de su archivo se quedara en la ciudad de Barcelona, concretamente en la Biblioteca Nacional de Cataluña”, comentó el miércoles el consejero de cultura de la Generalitat catalana, Ferran Mascarell, quien aseguró haber mantenido conversaciones recientes al respecto con la agente leridana fallecida a los 85 años. “Quedamos en hablar después de las vacaciones, en septiembre, pero ya no pudo ser”, lamentó el consejero quien agregó que está pendiente de reunirse con los herederos de Balcells.

Balcells fue la principal impulsora del llamado boom latinoamericano gracias a los numerosos y destacados autores que logró reunir bajo su representación, notablemente Gabriel García Márquez, Pablo Neruda, Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, José Donoso, Jorge Edwards, Camilo José Cela, Juan Carlos Onetti, Ana María Matute, Julio Cortázar, Álvaro Mutis, Juan Goystisolo, Jaime Gil de Biedma, Isabel Allende y Manuel Vázquez Montalbán.

“La mayoría de ellos vivió el boom en los años 60 y 70 en Barcelona, y es por ello que consideramos que la Biblioteca de Catalunya es el lugar más indicado para custodiar esos archivos”, expresó Mascarell, quien no aclaró si en esas negociaciones participaría activamente el ayuntamiento de la capital catalana, pero recordó que en 1994 ya compraron unos 50.000 libros de Balcells que actualmente ocupan lugar en la biblioteca, y confirmó que el nuevo material al que aspiran tanto el ministerio español como el gobierno catalán incluye los diarios que Balcells escribió desde 1954 y en los que plasmó comentarios sobre sus relaciones personales con escritores y editores.

 

 

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