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El Ágora: Educación, pandemia y futuro

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Por: Gerardo Vela

Dos reflexiones vienen a mi mente en cuanto a la educación y las lecciones que nos ha dejado la pandemia -vigente aún- del Covid-19. Primero, la necesidad de adaptar los esquemas de enseñanza a una situación en la que, ahora más que nunca, tenemos que reforzar la comunicación a distancia y, segundo, la urgencia de alimentar el pensamiento científico y reflexivo en las generaciones que estarán tomando las riendas de la humanidad, en un futuro que no parece tan lejano. 

Respecto de la comunicación a distancia y la vorágine tecnológica que nos sorprende cada día cambiando las “reglas del juego”, no sólo en la educación, sino en cada uno de los aspectos de la vida y convivencia humana, estoy convencido de que con pandemia o sin pandemia, para que el aprendizaje y la formación en competencias, dentro de los diferentes niveles educativos, sea verdaderamente efectiva, no podemos, ni debemos, tratar de regresar a la “normalidad” de antes, en que la educación se basaba, casi por entero, en el rol del maestro en calidad expositor frente a un grupo.

Y no digo que en todos los centros educativos de México, de primaria hasta posgrado, las cosas sean solamente así, pero sí creo que como sistema educativo, la cuarentena ha desnudado una incapacidad generalizada de amoldar las estrategias y contenidos escolares a una nueva realidad, forzosamente virtual. Esa realidad, que si bien se ha puesto de relieve ahora con la pandemia, tiene años anunciándose a las puertas del cambio en la dinámica educativa local y global y, aún así, no supimos estar listos para ello. 

Es posible que haya estudiantes que habrán salido de la cuarentena con la impresión de no haber aprendido nada de nada. Y a la par, posiblemente, habrá varios docentes que se sintieron rebasados por la premura de dar un giro radical, casi de un día para otro, a la forma en que desempeñaban sus labores cotidianas. Pero el punto no es individualizar los problemas de un lado o de otro, sino poner sobre la mesa su dimensión sistemática y buscar soluciones integrales. 

No considero que a raíz de la pandemia la educación se vaya a convertir en algo completamente digital, pienso, más bien, que se tratará de una combinación, de sesiones presenciales, sí, pero igual de actividades a distancia a través de plataformas, aplicaciones y sitios web. Cosa que, sobretodo para las nuevas generaciones de niñas, niños y adolescentes, terminará por acercarse mucho más a sus hábitos de interacción social y de adquisición de conocimiento.

A los maestros nos tocará, ahora sí, entrarle sin reservas al mundo de digital. Y así, en la medida que lo hagamos y que explotemos nuevas formas de compartir conocimiento, pero también de ponerlo en práctica de manera vivencial para nuestras alumnas y alumnos  -ya sea en persona o a través de un monitor-, daremos entonces un paso hacia delante para alcanzar la educación que los tiempos nos demandan.

Ahora bien, otra de las cuestiones que ha puesto en evidencia el coronavirus, es lo poco que nuestra sociedad, en lo colectivo, ejercita el pensamiento crítico, lógico y razonado. Tristemente, han abundado la ignorancia y la incertidumbre.  

Noticias falsas, distorsión de la información, interpretaciones basadas en corazonadas y pasiones, fobias y filias. ¿Es acaso una problemática exclusiva del sistema educativo?, tal vez no, pero seguramente se lograría mucho si desde la infancia y las juventudes se desarrollaran nuevos tomadores de decisiones, gente racional y de ciencia. Esos serían los actores de la vida pública que tanto han hecho falta en estos días. 

*Abogado y profesor del Tecnológico de Monterrey

Twitter: @GerardoVela