Hungría cierra su frontera a inmigrantes

Hacen a un lado de nueva cuenta la compasión

  • En el último hueco de 25 metros que no estaba cerrado por la valla fronteriza se ha colocado una barrera humana de agentes que han cortado el flujo de inmigrantes

Decenas de policías y militares se encuentran en lo que las autoridades califican como «zona de operaciones». Al menos un helicóptero sobrevuela la región, mientras que numerosos camiones militares están en zona.

La policía húngara comenzó ayer a impedir la entrada de refugiados a través de su frontera sur con Serbia, donde estaba cerrando el último hueco que quedaba en la valla alambrada que separa ambos países.

Cerca de la localidad de Röszke, la policía ha colocado una barrera humana con unos 25 agentes de seguridad que cerraban el paso a los refugiados que van llegando desde el país vecino.

Un oficial de la policía magiar, que estaba también en el mismo lugar, confirmó que a partir de ahora ya no se permitirá la entrada de ningún refugiado a Hungría.

Varios grupos de inmigrantes fueron parados por los agentes y enviados de vuelta al lado serbio de la frontera, donde se retiraron hacia una zona boscosa cercana, visiblemente desilusionados y resignados.

Preguntados desde el lado húngara de la frontera, algunos refugiados aseguraron que la valla no les parará.

«Vamos a seguir la valla hasta encontrar otro hueco», ha gritado uno de ellos, mientras que otro decía: «esto no me va a parar. He cruzado mar para llegar hasta aquí».

A continuación se ha podido ver como cientos de refugiados iban caminando paralelo a la valla, con el aparente objetivo de encontrar una nueva entrada hacia Hungría.

En el país centroeuropeo entra en vigor esta noche una nueva y restrictiva ley de inmigración, que declara como delito el cruce ilegal de sus fronteras.

En caso de ser detenidos, los inmigrantes podrían ser condenados a tres años de cárcel o expulsados del país.

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