TERRAZA
Sus asesores si es que los tiene, ¿nunca le dijeron que la gente ya no confiaba en él, y mucho menos le dijeron de la opinión de la gran mayoría de los mexicanos sobre el alto índice de corrupción que existe en el país, y que no se ha hecho nada para combatirla?
Hoy México enfrenta un entorno en lo interno de desconfianza y en lo externo de incertidumbre por los vaivenes de la economía internacional.
Hace unos días, Enrique Peña Nieto presentó su Tercer Informe, y al día siguiente dio un mensaje ante mil 500 invitados en el patio central de Palacio Nacional. Ahí reconoció que el caso Iguala, la fuga del “Chapo”, los escándalos de conflicto de interés, entre otros, han lastimado el ánimo de la sociedad y la credibilidad del gobierno también.
Sus asesores si es que los tiene, ¿nunca le dijeron que la gente ya no confiaba en él, y mucho menos le dijeron de la opinión de la gran mayoría de los mexicanos sobre el alto índice de corrupción que existe en el país, y que no se ha hecho nada para combatirla?
El país, la sociedad en su conjunto, a mitad del sexenio se encuentra sumergida en la polarización y en el total desencanto por los resultados obtenidos con las políticas implementadas.
La población en las calles siente y percibe que lo hecho en el primer trienio es muy poco o casi nulo.
Sin embargo el Presidente Enrique Peña Nieto, ante representantes de los poderes Legislativo y Judicial, funcionarios, empresarios y líderes sociales, dijo que las prioridades serán fortalecer el Estado de derecho, impulsar el crecimiento económico y combatir la desigualdad. ¿Veremos?
En su mensaje, el presidente Peña recordó el complicado escenario económico y la baja en los precios del petróleo, pero que nuestro país no optará por soluciones fáciles, demagógicas y populistas, ya que “la intolerancia, la demagogia o el populismo son una amenaza recurrente que ha acechado a todas las naciones“.
Reconoció que de manera abierta o velada, la demagogia y el populismo erosionan la confianza de la población; alientan su insatisfacción y fomentan el odio en contra de instituciones o comunidades enteras.
A pesar de no mencionar nombres, Peña recibió de inmediato acuse de recibo por parte de Andrés Manuel López Obrador.
Algo que es digno de aplaudir, es el compromiso que hizo el Presidente de la República de no crear nuevos impuestos, ni subir los existentes y que no se recurrirá a la deuda.
De igual forma el Presidente aseguró que el gobierno federal no va a aumentar el IVA en alimentos y medicinas y que ya le tocó a la población amarrarse el cinturón, ahora le toca a la administración pública federal amarrárselo, por lo que deberá gastar menos y gastar mejor.
Viene sin lugar a duda un trienio difícil en lo económico, en lo político y en lo social, por lo que los miembros del gabinete se tendrán que poner a trabajar para lograr implementar las Reformas recién logradas en el primer trienio.
El Presidente Peña por su parte, tendrá que seguir transformando al país y sacar adelante las instituciones de transparencia y combate a la corrupción; deberá asimismo cuidar el compromiso con la estabilidad macroeconómica y la disciplina en las finanzas públicas.
Y, como dijo en su mensaje, comprometerse a mantener al país atractivo para las inversiones a fin de generar más empleos; tendrá que impulsar el mercado interno para generar oportunidades y desarrollo y así proteger la economía de las familias.
Es un gran reto, pero también una gran oportunidad para salir del bache y recomponer su muy baja aceptación ( apenas del 35 por ciento).