OPINIÓN
Ante sanciones económicas de 10% de los ingresos e incluso la posibilidad de pasar 10 años en prisión, el programa de inmunidad cobra relevancia al ayudar a las empresas e individuos a reducir sanciones y a reivindicarse con la sociedad.
Hace un tiempo, los empleados de la transnacional Tecumseh en Brasil, habían acordado con sus competidores fijar los precios de productos que se vendían en varios países. Tras descubrirlo, la empresa decidió aplicar al programa de inmunidad ante las autoridades de competencia de Brasil, Chile, Europa, Estados Unidos, México, entre otras. De esta forma, a través de reconocer su participación y cooperar con las autoridades, evitó multas que pudieron haber sido del orden de cientos de millones de dólares en todo el mundo.
Reducir artificialmente la competencia siempre es ilegal. Fijar precios, repartirse el mercado, manipular la oferta o demanda de bienes y servicios, ponerse de acuerdo para coordinar posturas en licitaciones, o intercambiar información con alguno de esos objetos o efectos, son las conductas más severamente sancionadas por las leyes de competencia en todo el mundo. No importa el tamaño de las empresas o del mercado en cuestión, coludirse siempre será ilegal.
En el caso de nuestro país, en julio de 2014 entró en vigor una nueva ley de competencia y se reformó el Código Penal Federal mexicano, con ello se reforzó el sistema de sanciones contra quien participe en este tipo de acuerdos ilegales.
Hoy, coludirse con un competidor puede ameritar multas de hasta el 10% de los ingresos de las empresas, además de 10 años de cárcel para los individuos, sanciones económicas e incluso su inhabilitación para ejercer como directivos.
Por otra parte, la existencia de programas de inmunidad o reducción de sanciones para detectar y castigar éstas prácticas no es algo nuevo, éstos permiten sancionar a todo un cártel y terminar con acuerdos ilegales. En muchos países, y en otras materias, se ofrecen beneficios a quienes cooperan con las autoridades y les provean de información suficiente para sancionar al resto de los participantes en una conducta ilegal. En estos programas, los beneficios de la cooperación son mayores para quienes acudan primero, creando así una carrera hacia la puerta de la autoridad.
En México, el programa de inmunidad en materia de competencia económica existe desde 2006, pero llevó tiempo que esta opción fuera interesante para las empresas y aprovecharan esta oportunidad de regularizar su situación.
El programa abre la puerta para que las empresas y los empleados salgan de una zona de enorme riesgo, por la posibilidad de ser detectados por la autoridad o de ser expuestos por sus competidores, y corrijan la actividad ilegal beneficiando a su empresa y a todo su entorno. Lo anterior ha llevado a que más compañías analicen su situación y decidan aplicar al programa.
La autoridad de competencia en México ha recibido 81 solicitudes desde 2007. Tan sólo en lo que va de este año, a la COFECE ingresaron 10 de éstas más que las recibidas en los dos años anteriores juntos.
En los orígenes del programa, las solicitudes de inmunidad provenían sobre todo de empresas extranjeras que participaban en acuerdos a nivel internacional, donde la cultura de cooperar con las autoridades es más extendida. Sin embargo, en los últimos años, la mayoría de las solicitudes han sido de empresas mexicanas que han incurrido en este tipo de faltas y están conscientes de la gran probabilidad que existe de ser detectadas y sancionadas.
Las empresas pueden consultar con la autoridad cualquier duda sobre las implicaciones del programa. Para ello y para generar mayor transparencia, se ha publicado una nueva Guía sobre el Programa de Inmunidad y Reducción de Sanciones, que está disponible en la página de la COFECE desde el primero de julio de este año.
Con este programa, y su renovado impulso, se refuerza el compromiso de combatir a los cárteles económicos como una prioridad de la política de competencia. Estoy convencido de que éste permitirá detectar y sancionar de manera cada vez más efectiva y eficiente este tipo de conductas que tanto dañan a los consumidores en México y en el mundo.
*Titular de la Autoridad Investigadora de la COFECE.