ALFIL NEGRO

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Y AHORA?
Después de oír al Presidente  Obrador  en su informe  trimestral, queda una sensación de desconcierto, dudas, de abandono y de no tener la certeza de que al frente de todo esté el líder que hace falta, pese a la buena voluntad que muestre para imponer una estrategia de respuesta, más acorde con su proyecto político que con las urgencias que vive México.

Uno de los problemas que ya se ve venir es el de la pérdida de empleo, que se estima dentro de lo que se pudieran tener como resultados lógicos en cerca de dos millones de personas sin trabajo, por la manera en que se verán afectadas las empresa que los  generan.
Con estas expectativas, el informe  del Presidente era esperado con ansias por las empresas, grandes, medianas y pequeñas, que han venido planteando la urgencia de medidas que les apoyen sobre todo en la cuestión fiscal.
Sin embargo, nada.
Lo único rescatable para los empresarios fue el anuncio de la devaluación del IVA.
Pero relativo a los apoyos a la micro y pequeñas empresas nada, lo mismo de cero respuestas a las broncas que ya traen el turismo, el transporte, restaurantes y hoteles.
Minimizar el problema sanitario no parece lo más razonable, porque es una pandemia que cambiará muchas cosas en el mundo y dejará claro,como dijo el Papa Francisco, que nadie puede salir sólo de este problema y que urge de respuestas  en que estén involucrados  todos de manera solidaria.
Es decir, se trata de una enfermedad que urge del apoyo de todos, empezando por la actitud responsable de los ciudadanos atendiendo las recomendaciones de las autoridades, tomando en serio lo que se pide  y no actuar como si esto no tuviera importancia, con irresponsabilidades para ellas mismas y para las personas  con las que conviven.
El otro ángulo del caso es el papel de la autoridad, empezando con el Presidente y de ahí para abajo.
Por eso es que se cuestiona la actitud presidencial que no parece haber tomado este caso con la seriedad que se exigía y por lo que dijo, en cuanto a que no pasaba nada y continuaba en giras con mucha gente, dando abrazos y besos y recomendando ir a restaurantes con la familia.
Poco a poco ha ido cambiando su conducta y por eso es que se esperaba de su informe trimestral el anuncio de políticas públicas,  en que por encima de proyectos personales fueran soluciones que llamaran a la unidad y la solidaridad general, con apoyos  que reflejaran, que el problema se entendía en  sus aspectos de salud, empleos, turismo, industria restaurantera y la urgencia de apoyar a las fuentes de empleo, como son la pequeña y mediana industria.
Pero no fue así y más bien se subrayó todo el apoyo a los programas del proyecto político de la 4T, al de sus obras que para muchos no tienen mucho sentido, en un discurso que abogó poco por la unidad y más bien pareció dividir más a la nación.
Sin embargo, todo indica que hubo horas de reflexión en el gobierno, porque un día después del informe, la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, en video conferencia aclaró que  ante las molestias de los empresarios, que así se mostraban, por falta de apoyo, aclaraba  que sí tendrán apoyos por parte del gobierno de la República, porque el gobierno sólo no puede generar los empleos que hacen falta.
Sin duda, una voz sensata y que muestra que Gobernación está en manos sensatas.
El Presidente por su parte se reunió en Palacio con empresarios, en lo que se puede interpretar como una rectificación de medidas que más que unir dividían.
Eso parece. Ojalá sea así.