RELATOS DE VIDA
Es tiempo… de una reflexión de los errores, aciertos, penas, tristezas, alegrías, de pensar que el día es hoy, que tal vez no haya más oportunidad de cambiar y arreglar lo malo y mejorar lo bueno.
Es tiempo… de recordar los juegos de niños, de aquellos que nos hacían imaginar, pensar, sonreír, ilusionar, soñar y medir nuestras habilidades en el trompo, con el yoyo, jugando serpientes y escaleras o incluso, el memorama.
Es tiempo… de terminar de leer aquel libro que se dejó inconcluso, y comenzar uno nuevo de los demás temas colocados en la librería y que, durante años, sólo han servido de adorno y para dar una imagen de intelectual a las visitas.
Es tiempo… de darle una hojeada al álbum fotográfico y observar el cambio del tiempo física y mentalmente, así como recordar los momentos capturados y a las personas queridas que ya se nos adelantaron.
Es tiempo… de hacer algunas llamadas y platicar con los amigos, familiares y compañeros con los que hace mucho tiempo no hablamos, porque irónicamente nunca tenemos tiempo para hacerlo por las labores y responsabilidades diarias.
Es tiempo… para dedicarnos a nosotros, arreglarnos las uñas, alimentarnos bien, comer frutas y verduras, tomar agua, hacer ejercicio o un poco de manualidades, organizar nuestra vida o mínimo, nuestras ideas y sentimientos.
Es tiempo… de descubrir nuestra misión en la vida, de aprovecharla y agradecerla, de vivirla al máximo, y de ser feliz con lo mucho o poco que tengamos, de amar con locura y de reír a carcajadas.
Es tiempo… de tomar valentía, coraje, energía, ganas, motivación para que terminando el aislamiento salgamos como personas renovadas, con ánimo de hacer algo por nosotros, nuestros seres queridos y el mundo.