REPORTAJE | La enfermedad catastrófica que podría colapsar los sistemas de salud

PRIMERA PARTE 
INSUFICIENCIA RENAL:
    •    En Hidalgo, dos mil 37 pacientes están en terapia sustitutiva


Los múltiples factores que integran la vida diaria, ha llevado a la población a tomar decisiones poco saludables, las cuales, con el paso de tiempo, desencadenan una serie de enfermedades, mismas que tratamos de pasar desapercibidas sin hacer conciencia que puede llevarnos a una calidad de vida media o un final trágico como el que puede generar la Insuficiencia Renal Crónica (IRC).


Pese a las advertencias y recomendaciones que emiten las diversas dependencias e instituciones dedicadas a la salud, para la población resulta más fácil hacer caso omiso y continuar con sus hábitos argumentando fielmente “a mí no me va a pasar”

Lo lamentable del panorama, es que cualquier persona está propensa a padecer, en primera instancia, alguna enfermedad crónica degenerativa como diabetes, hipertensión u obesidad, y lo más preocupante es que se registran a temprana edad.


Y aún más alarmante, es el hecho de que estas patologías desencadenarán otras más, que en un futuro no muy lejano, podrían significar un colapso en los servicios de salud en México y el mundo, como es el caso de la falla renal.


Así lo refirió Adriana Lorena Bustamante Cruz, coordinadora de gestión médica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Hidalgo, “el crecimiento es alarmante, que no habrá institución de salud que alcance para atender, la infraestructura y el personal humano es limitado”.


¿Qué es la Insuficiencia Renal?


Al respecto, la funcionaria de salud informó que significa la pérdida gradual de la función renal, es decir, los riñones filtran los desechos y el exceso de líquido de la sangre, que luego se excretan con la orina; de tal manera que cuando la enfermedad renal crónica llega a una etapa avanzada, pueden acumularse niveles peligrosos de líquidos, electrolitos y desechos en el cuerpo.


Indicó que las principales causas son procesos infecciosos, obstructivos y lo más recurrente son alteraciones genéticas en el desarrollo de la función del sistema renal; aunque en etapas adultas cambian las causas, principalmente por enfermedades crónico degenerativas como: diabetes e hipertensión, las cuales son favorecidas por malos hábitos como sedentarismo y obesidad.


Asimismo apuntó que tienen mucho que ver los factores predisponentes, es decir, factores de riesgo como obesidad y tabaquismo; “las causas son variadas por eso es la problemática del diagnóstico oportuno de la enfermedad, principalmente depende de la edad en la que se está diagnosticando, tenemos en pacientes jóvenes y adultos jóvenes”.


Los síntomas pueden pasar desapercibidos


Bustamante Cruz puntualizó que la sintomatología, en la mayoría de los casos, es pasada por alto por ello la complicación para realizar el diagnóstico en una etapa temprana “Pueden pasar desapercibidos al inicio de la enfermedad o pueden confundirse con muchas otras patologías, por eso el diagnóstico muchas veces no se hace en una etapa temprana y por lo regular cuando acuden a recibir una atención médica que se manifiestan los síntomas es una etapa avanzada”.


Detalló que en una etapa inicial pueden ser síntomas como náuseas, vómito, pérdida del apetito, fatiga, debilidad, sin embargo como va avanzando la enfermedad ya pueden presentar alteraciones para poder dormir y cambios en la cantidad de orina.


Además de la disminución en la rapidez mental, calambres musculares, retención de líquidos, hinchazón en las piernas y párpados, picazón constante en todo el cuerpo, pues están intoxicados, dolor en el pecho y falta de aire.
Dijo “es un problema social y cultural porque cada vez tenemos más pacientes jóvenes diabéticos, hipertensos, obesos o adictos a determinadas sustancias tóxicas que están favoreciendo la problemática”.


Ejemplifica “si antes un paciente que era diabético a los 60 años y está presentando insuficiencia renal a los 70 u 80, ahora que diagnostiquen a un joven hipertenso a los 20, a los 40 ya pueden tener todas las complicaciones, porque nuestros hábitos alimenticios, el sedentarismo, la adicción y el estrés están favoreciendo cada vez de enfermedades degenerativas a temprana edad”.


La detección tardía, determina a la Insuficiencia Renal Crónica como enfermedad catastrófica


Por lo anterior, la coordinadora de gestión médica del IMSS en Hidalgo reiteró que la Insuficiencia Renal Crónica, es determinada como una enfermedad catastrófica por el número creciente de casos, los altos costos de inversión, recursos de infraestructura y humanos limitados, detección tardía, las altas tasas de morbilidad – mortalidad y las terapias sustitutivas de la función renal.


Comentó “cuando diagnosticamos a nuestro paciente en una etapa avanzada, es cuando el riñón dejó de funcionar y si no damos un tratamiento sustitutivo de la función renal o un trasplante renal, es mortal 100 por ciento”.


Agregó “las terapias sustitutivas de función renal son de alto costo, dependen totalmente del paciente de estar sometido a una máquina y proceso dialítico, que si lo suspende, inmediatamente lo puede llevar a la muerte”.


En Hidalgo, dos mil 37 pacientes están en terapia sustitutiva


De acuerdo con registros del IMSS, en México se estima una incidencia de pacientes con insuficiencia renal crónica de 377 por millón de habitantes, es decir, que alrededor de 52 mil pacientes están en terapias sustitutivas, de los cuales el 80 por ciento son atendidos por el IMSS.


De tal manera que se encuentra entre las 10 primeras causas de muerte, sobre todo en pacientes en edad reproductiva de 20 a 59 años; ocupa la octava causa de defunción en el varón y sexta en la mujer.


En Hidalgo, ocupa el quinto lugar del motivo de consulta a especialidades, tan solo en el 2019 se otorgaron seis mil 125 consultas, 55 por ciento a mujeres y 45 a hombres; de los cuales dos mil 37 pacientes se encuentran en terapia sustitutiva, 57 por ciento en modalidad de diálisis peritoneal, 43 en hemodiálisis.


Todos los pacientes con terapia sustitutiva entran a protocolo de trasplante


La especialista precisó que la diálisis es el primer tratamiento que se otorga al paciente al ser “más noble”, además de que el paciente lo puede hacer desde casa; no obstante que reciben el acompañamiento de un equipo multidisciplinario integrado por médicos nefrólogos, internistas, enfermeras, trabajadora social y nutriólogo, exclusivamente para manejar este programa que se encuentra en los 6 hospitales del IMSS en Hidalgo, con una clínica de diálisis en cada uno de ellos.


Destacó que la segunda modalidad es la terapia de hemodiálisis, que se aplica cuando la diálisis peritoneal ya no es viable para hacer la función de filtro del riñón, la cual, es más agresiva y el paciente depende de una máquina para depurar la sangre del paciente por medio de un filtro.


Enfatizó que la segunda modalidad es un servicio subrogado, es decir, que el IMSS siempre tiene licitación para mandar a los pacientes a diferentes instituciones, como es la zona de Tulancingo, Tula-Tepeji y Pachuca, que dan abasto a todos los pacientes.


En tanto subrayó “todos los pacientes con terapia sustitutiva, que es la etapa más avanzada en insuficiencia renal, se les manda a protocolo de trasplante en el Centro Médico la Raza, tenemos tanto el hospital de especialidades como el general de La Raza”.


Pese a la terapia sustitutiva, los pacientes no están al 100 por ciento


Sin embargo, Adriana Lorena Bustamante aseveró que independientemente que los pacientes se encuentran en una modalidad de terapia sustitutiva, no están al 100 por ciento, pues se van deteriorando y sufriendo ciertos cambios en su organismo que prolongan una situación de desgaste.


Entre ellos enlistó “Los huesos comienzan a descalcificarse, hay  fracturas patológicas, su sistema inmunológico baja y están predispuestos a sufrir infecciones graves que requieren de estancia prolongadas en los hospitales, aumentan electrolitos en la sangre como es el potasio, y cuando se eleva a determinadas cifras puede ocasionar un daño cardiaco irreversible, empiezan a retener líquidos a varios niveles, hay derrames en pericardios y les va provocando insuficiencia respiratoria, va acelerando el deterioro, aun estando en terapia sustitutiva”.


“No hay paciente que pueda tener el suficiente dinero para mantener en forma privada una terapia sustitutiva”
 Sentenció que, además del desgaste, el llevar las terapias sustitutivas en alguna institución privada es imposible, pues además de que el costo es elevado, se trata de sesiones constantes y para toda la vida.


Comentó “cuando se tiene una enfermedad catastrófica, no hay paciente que pueda tener el suficiente dinero para mantener en forma privada con terapia sustitutiva, son sesiones para toda la vida, tan solo las de hemodiálisis son 3 veces a la semana y  cuesta de dos mil a tres mil pesos cada procedimiento, sin tomar en cuenta los medicamentos; y en los pacientes con diálisis peritoneal es diario, tres a cuatro cambios diarios, soluciones de diálisis que se tienen que conectar y estar desechando, exámenes de laboratorio frecuentes, y se tiene que corregir  la anemia, que es una complicación grave”.


Por todo lo anterior, Adriana Lorena Bustamante Cruz, coordinadora de gestión médica del IMSS Hidalgo reiteró, “el crecimiento es alarmante, que no habrá institución de salud que alcance para atender, la infraestructura y el personal humano es limitado”.


SEGUNDA PARTE

SIN DONANTE, NO HAY TRASPLANTE

• En México, alrededor de 17 mil personas en espera de trasplante de riñón


Ante el problema de salud pública, que en un futuro podría colapsar los sistemas de Salud, la denominada Insuficiencia Renal Crónica, el trasplante de riñón es considerado una de las opciones más viables para recuperar la salud y salvar la vida, sin embargo la cultura de donación sigue siendo escasa.

Trasplante, mejor opción terapéutica

Al respecto a esta opción, Yedid Pilar Sandoval Vázquez, médica internista y coordinadora de donación de órganos y tejidos con fines de trasplante del IMSS Hidalgo, aseveró que “el trasplante es la mejor opción terapéutica cuando tienen insuficiencia renal crónica, mejor que la diálisis y hemodiálisis”.

Sin embargo señaló que no todos los pacientes son candidatos a la intervención, de tal manera que deben ser evaluados detalladamente para que puedan estar dentro de la lista de beneficiarios de éste órgano.

Dijo “No todos los pacientes son candidatos, pero todos son evaluados para saber quiénes sí, son muchas cosas, para un trasplante tiene que estar bien del resto de las áreas, si se va a trasplantar el riñón lo demás tiene que estar en buenas condiciones”.

Ejemplifica “los pacientes trasplantados tienen que tomar medicamentos que hacen que sus defensas bajen, si ese paciente tiene una infección y le bajamos las defensas, esa infección lo puede llevar a la muerte, por eso la revisión tiene que ser minuciosa y detallada de todos los órganos para ver si se va a beneficiar más con el trasplante o si va a estar mejor sin él”.

En México, 17 mil personas esperan un riñón

Respecto al panorama en el tema de donación y trasplante, la especialista precisó que a nivel nacional, la lista del Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra) integra a 23 mil personas en espera, de las cuales 17 mil corresponden a riñón, casi seis mil para córneas y el resto para diferentes órganos.

No obstante subrayó “No hay riñones, el año pasado la lista de espera era de 16 mil personas, solamente tres mil lograron obtener un riñón, a los restantes se les tiene que dar una alternativa de tratamiento como diálisis y hemodiálisis”.

Sin embargo acotó “Desgraciadamente en México, de cada 10 mil personas solo donan tres o cuatro, que es realmente muy poco y no alcanza para toda la necesidad que tenemos de estos pacientes que se puedan trasplantar”.

En ese sentido detalló que el IMSS Hidalgo pugna para que la gente pueda donar, “el requerimiento de trasplante es mucho, se requieren todos los órganos y tejidos, lo que promovemos es que se done para hacer cualquier tipo de trasplante”.

Agregó que el Hospital General Zona 1 es procurador, de tal manera que tienen referencia con los nosocomios de tercer nivel principalmente La Raza y Siglo XXI, “pero también depende del órgano y tejido que se adecúe al receptor, porque es a dónde van los órganos”.

Los donadores, son principalmente personas fallecidas

Sandoval Vázquez puntualizó que la donación puede ser de personas fallecidas, pero también pueden ser opción los donadores en vida “en nuestro país predomina la donación en vida lo cual ayuda a la gente a recuperarse y a salvar la vida”.

Agregó, “pero preferimos que fuera la donación de cadáver porque finalmente esos órganos ya no le sirven a nadie y pueden ayudar a salvar la vida de alguien, y una persona en vida, puede estar bien, hacer su vida normal, pero siempre tiene que cuidarse, tener un estilo de vida saludable, prácticamente de por vida para evitar que se enferme posteriormente”.

Señaló “si por desgracia nos toca la enfermedad la mejor opción es el trasplante, hay que buscar una valoración con especialistas para saber si el paciente es candidato al trasplante y lo importante es recordar, que sin donante no hay trasplante, aunque sea la mejor opción terapéutica, aunque tengamos muchos pacientes en la lista de espera, si nosotros no pensamos que tal vez hoy sea un desconocido, pero mañana puede ser un ser querido al que ayudamos con esa donación nunca vamos a tener los suficientes órganos para trasplantar”.

Destacó las indicaciones para ser donador cadavérico, “todos podemos ser, desde los 2 hasta los 80 años de edad, aunque tengan diabetes, hipertensión, incluso insuficiencia renal porque se pueden donar otros órganos, por eso la invitación a pensar que cualquiera de nosotros lo pudiera necesitar y platicar con la familia el deseo de donar después de fallecer para que se lleve a cabo la donación y el trasplante”.

47 años, tiempo récord de duración de un riñón trasplantado

En tanto, de ser candidato a trasplante y realizarse con éxito, ya que cualquier cirugía mayor representa un riesgo, sentenció que la vida de un órgano trasplantado depende de cada paciente, porque cada cuerpo es diferente.

Apuntó que el récord mundial es de 47 años, sin embargo existen casos en los que “el cuerpo no tolera el órgano y no funciona, cada paciente es diferente, no hay forma de saberlo, depende de condiciones genéticas, si tiene otras enfermedades, que tanto se cuide”.

Incluso comentó que hay pacientes que tienen dos y hasta tres trasplantes, pero reiteró “depende del paciente, cada paciente diferente, se tiene que valorar individual e integral”.

Pacientes trasplantados tienen una vida media

En su oportunidad, Adriana Lorena Bustamante Cruz, coordinadora de gestión médica del IMSS en Hidalgo, agregó que los pacientes que se someten a un trasplante renal, después tienen que estar tomando medicamentos inmunosupresores para evitar el rechazo, tienen una vida media, pueden tener rechazos agudos o crónicos o el trasplante tiene una vida de 10 a 15 años.

Además comentó que lo ideal sería la donación de familiares cercanos “No todos son candidatos a un trasplante por medio de un donador vivo, que es lo ideal, familiares cercanos y que sean compatibles, eso avanzaríamos muy rápido porque siempre tienen un familiar que pueda apoyar, si es compatible, ese trasplante es más oportuno”.

Añadió “pero la mayoría de nuestros pacientes están esperando un donante cadavérico, y nuestra cultura de donación es muy baja y por eso estamos atorados, están con los protocolos completos en las unidades médicas de alta especialidad, pero hay que esperar un donante”.

Prevención importante, llevar una vida sana biopsicosocial

Ante el panorama, ambas especialistas coinciden en la necesidad de cambiar hábitos y comenzar a implementar acciones de prevención que permitan evitar o retrasar la incidencia de enfermedades crónico degenerativas y por tanto la Insuficiencia Renal Crónica.

Yedid Pilar Sandoval Vázquez destacó “tenemos que hacer cosas básicas para tener todos nuestros órganos bien, no solamente el riñón, son cosas que todos sabemos pero desgraciadamente pocos aplicamos, mantener peso, hacer ejercicio, tomar agua, no auto medicarse, si las personas tienen diabetes o hipertensión tratar de tener bien controlado las enfermedades, porque son las principales que nos están llevando a la insuficiencia renal”.

Mientras que Adriana Lorena Bustamante Cruz aseguró “Hay situaciones que se pueden prevenir y otras que no, cuando tenemos alteraciones genéticas en donde nuestro paciente viene con una carga genética para desarrollar una patología de este tipo, pues solo es el diagnóstico oportuno para el tratamiento adecuado, pero esa es la minoría; la mayoría son los que presentan enfermedades crónico degenerativas y para que no lleguemos a eso, tenemos que irnos a la prevención. Si llevamos una vida sana biopsicosocial, entonces nuestros pacientes, podrían evitar o retrasar la aparición de enfermedades crónicas que nos lleva a una complicación”.

Finalmente recomendaron a la población a que acudan a los servicios de salud cuando tenga sintomatología sugestiva y de tener factores de riesgo como adicciones, sobrepeso, malos hábitos memorizarlos; y de registrar enfermedades crónicas degenerativas, apego estricto al tratamiento para evitar alguna complicación a temprana edad.

TERCERA PARTE

• “Trato de que me guié la actitud”: Raúl Arteaga, paciente

La Insuficiencia Renal Crónica (IRC), es un padecimiento que afecta notoriamente la calidad de vida del paciente, por lo cual se necesita de una “actitud positiva” y del total “acompañamiento familiar”, para que “entre empujones y estirones” salgan adelante, un día a la vez.

Con 39 años de edad, Raúl Arteaga Ríos, hijo, hermano, esposo, padre de familia y empleado de una escuela primaria, sostiene una lucha diaria con esta enfermedad considerada catastrófica.

En entrevista con Diario Plaza Juárez, Arteaga Ríos narra cómo fue la detección del padecimiento, contando con apenas 17 años: “Estaba en la prepa, en el COBAEH Cuautepec, y mi mamá ya me esperaba con unos estudios que me había hecho 20 días antes porque me daban calambres, fuimos a un centro de salud y atinadamente me dieron el diagnóstico, la solución y lo que venía para mí y mi familia”.

Con el diagnóstico y el panorama, la esperanza de que éste fuera erróneo, buscaron más opiniones en clínicas del mismo municipio, así como en Tulancingo y en México, pero todas coincidían, iniciando así con su primera diálisis.

“Me acuerdo que cuando me pusieron el catéter, estaba en un quirófano; desperté pronto, no tuve nada de dolor, salgo, me meto a bañar, estaba vendado, me quito las vendas y es cuando digo, ¡ah! este es el dichoso catéter, no sabía para qué era”.

A partir de ahí, durante año y medio llevó a cabo el procedimiento de diálisis, continuando con la prepa en donde contó con el apoyo de maestros y compañeros “eso me hizo buenos cimientos para enfrentar la enfermedad fuerte, y es lo que he tratado de hacer con pacientes que entran, hacerles sentir ese soporte, que la vida no acaba ahí”.

Puntualizó que el primer impacto fue en el sentido psicológico, sin embargo reiteró que el apoyo de la familia y su círculo social más cercano contribuyeron a que tomara la enfermedad de la mejor manera.

“Tuve la fortuna de no estar mal, he llevado la enfermedad de una manera cómoda por así decirlo, no la acepto, pero si me adapto, he tenido muchas limitantes, pero no me quita el sueño, si no puedo hacer algo, busco hacer otra cosa. Gracias a Dios, a las enfermeras, a mi familia, la enfermedad no la he sentido como tal, lo más crítico de esta enfermedad es lo psicológico, me pega fuerte en lo anémico, pero en uno está salir adelante, en eso está el truco”, refirió.

Lo anterior al precisar que la IRC es una enfermedad que desgraciadamente avanza con fuerza “yo lo veo en la clínica, todas las semanas hay ingresos, es triste ver que son muy jóvenes y más sabiendo que la solución en gran parte está en nosotros, está en entender que la prevención es la base de todo”.

Después de año y medio de diálisis, le llega la oportunidad de ser trasplantado, su hermana se convirtió en el donante vivo que le brindó una segunda oportunidad de vida, aunque poco duró el nuevo riñón.

“Fui trasplantado, una donación de mi hermana, el 6 de julio, ella está bien, sana, pero yo perdí mi injerto en 2007, en 2006 apareció un rechazo, pero no fue muy notorio, eso ocasionó que no pusiera atención, nunca presenté síntomas, y otra vez caigo en insuficiencia renal y ahora me mandan a hemodiálisis”.

A partir de ese momento, tres veces a la semana visita la clínica ubicada en Tulancingo, en donde lleva a cabo el proceso de limpieza y purificación de la sangre por medio de una máquina, proceso conocido como hemodiálisis; sin embargo tampoco ha sido motivo para que disminuyan las ganas de salir adelante y apoyar a otros pacientes.

“Después de haber estado en diálisis, luego trasplante y ahora hemodiálisis, me da una perspectiva distinta, me siento con la confianza de apoyar y opinar a pacientes nuevos, de hacerles sobrellevar la enfermedad. Dios ha sido muy bendecido conmigo, porque al ver a compañeros que tenemos el mismo problema y que los resultados no son los mismos, me pone a pensar y agradecer, soy más de ofrecer que de pedir y me gusta más ofrecer cuando se me complican las cosas, precisamente para poder salir y no deber tanto”.

La empatía y apoyo familiar, hace la diferencia

La Insuficiencia Renal Crónica es una enfermedad que no solo atañe al paciente, sino a la familia, el impacto es total, por ello la empatía, solidaridad y acompañamiento representan un importante aliciente que en el camino hace la diferencia.

Así lo describió Maricarmen Peralta Fernández, ama de casa y trabajadora temporal, de 40 años de edad; esposa de Raúl desde hace 19, y madre de tres hijos de 18, 15 y tres años.

“Cuando Raúl se enfermó éramos novios y por la misma inmadurez no puedes ver la magnitud de lo que te estás enfrentando, piensas que todo sigue normal…Gracias a Dios, Raúl es una persona muy fuerte e independiente, a pesar de estar enfermo hace muchas cosas como si fuera una persona sana, porque yo creo que eso es lo que lo ha mantenido así, porque le echa todas las ganas siempre, es la mentalidad tan fuerte que tiene”, lo describe entre lágrimas.

Señaló que para sobrellevar la enfermedad es necesario ser empáticos “Yo he platicado con muchas personas que tienen la enfermedad y me dicen lo que sienten, como mucho cansancio, hay días que tienen un carácter muy fuerte, creo que es por lo mismo, por la impotencia que sienten, que se cansan, que no pueden realizar actividades”.

“Hemos pasado muchas etapas, una vez se enfermó, un medicamento le hizo daño y afectó el equilibrio, no podía caminar bien, Gracias a Dios lo superó y ahora puede caminar bien. Yo siempre lo he dicho, él tiene una mentalidad muy fuerte, que lo ha ayudado, lo ha mantenido, si hay algo que hacer, dice: ‘vamos a echarle ganas’ y lo hacemos”.

“Creo que de alguna manera la familia lo ha ayudado, porque sabe que no está solo, por ejemplo, mis hijos tienen mucho que ver con él, el más pequeño siempre lo anima, incluso cuando supe que estaba embarazada dijo ‘si Dios no lo mandó fue por algo, será mi nuevo motor, el motorcito que me va a volver a dar vida’. Gracias a Dios a empujones y estirones, y con algunos problemillas, ahí la llevamos”.

Finalmente, Raúl Arteaga Ríos, con firmeza y optimismo en el rostro, asegura que la actitud es un arma valiosa para emprender diariamente la lucha contra esta enfermedad que desafortunadamente avanza de manera alarmante.

“Lo que trato que me guíe a mí es la actitud…y así lo veo con mi enfermedad, trato de tener la mejor actitud, yo pienso que eso nos ha ayudado a todos como familia”.

Related posts