Home Deportiva 53 AÑOS DE LA ALTERNATIVA DE MANOLO MARTÍNEZ

53 AÑOS DE LA ALTERNATIVA DE MANOLO MARTÍNEZ

0

#ENTRE EL CALLEJÓN Y EL TENDIDO
    •    El último mandón de la fiesta brava mexicana recibió la borla de matador de toros el 07 de noviembre de 1965 en su natal Monterrey


Estimados amigos, con un afectuoso saludo desde Plaza Juárez. El pasado miércoles 07 de noviembre se cumplieron 53 años de la alternativa del que fuera un torero controvertido y temperamental: valiente y artista, que se echó a cuestas la difícil responsabilidad de mandar en el medio taurino mexicano, durante casi seis lustros, tiempo durante el cual cosechó infinidad de enemigos y detractores, que debieron rendirse al embrujo de su quehacer taurino y su depurada tauromaquia, que debieron reconocer su hegemonía y que debieron acatar, sumisamente, su mandato, Manuel Martínez Ancira, Manolo Martínez, Neolonés nacido el 10 de enero de 1946 en Monterrey, en el seno de una familia económicamente pudiente y que fue, paradójicamente, sobrino-nieto del Presidente Venustiano Carranza, quién prohibió las corridas de toros en México entre los años 1914 y 1920.
Su debut con picadores fue el primero de noviembre del año 1964, en la Plaza de Toros “La Aurora” de Nezahualcóyotl, Estado de México, alternando con Alberto Cossío y Antonio Guzmán, lidiando reses de La Laguna. El 20 de junio de 1965 se presentó en la Plaza México, cortando las dos orejas a un novillo de la Viuda de Franco, habiendo alternado con el novillero hidalguense Manolo Rangel (hermano del matador Jaime Rangel) y Curro Munguía,
Habiendo toreado tan solo 35 novilladas, recibió el doctorado en tauromaquia de manos de su paisano Lorenzo Garza, que regresó a los toros únicamente y exclusivamente a otorgarle la alternativa en Monterrey el 07 de noviembre de 1965, llevando como testigo a Humberto Moro, con toros de Mimiahuapan, ese día cortó una oreja al toro de la alternativa que llevó como nombre “Traficante”, en tanto su segundo astado le infirió una cornada. Confirmó su alternativa en la Plaza México el 12 de febrero de 1967 con el español Juan García “Mondeño” como padrino y el mexicano Mauro Liceaga como testigo, también enfrentado toros de Mimiahuapan.
Al siguiente domingo, 19 de febrero, cuajó una extraordinaria faena a un ejemplar de la ganadería zacatecana de Jesús Cabrera, llamado “Halcón”, que le consagró como nuevo ídolo de la afición mexicana, lo que lo llevó a encabezar el escalafón taurino de ese año con 57 actuaciones y mantener una apasionante competencia, en la temporada de “El Toreo de Cuatro Caminos”, con el tapatío Manuel Capetillo.
Así, en tan solo dos años, Manolo Martínez se consolida como figura del toreo, y comienza a ejercer el mando de la fiesta de toros en México, bajo la dirección de tres experimentados taurinos Pepe Luís Méndez, quien fue su mentor y descubridor (muerto trágica y prematuramente), el ingeniero regiomontano Alvaro Garza Elizondo y José Chafik Hamdan, su compadre, en tanto que el también matador de toros Carmelo Torres le llevó sus asuntos en Venezuela, todos ellos crearon para Manolo un sistema administrativo, mediático y financiero considerablemente eficiente, convirtiéndole en el ícono taurino más importante de la segunda mitad del siglo veinte en México.
No obstante la trascendencia taurina de Manolo Martínez, en México en España no le respetaron su categoría de figura del toreo, como sucede hasta la actualidad, ya que si bien acudió a comparecer ante la afición española con la categoría de figura del toreo, en el año de 1969 llevando 60 corridas firmadas únicamente pudo actuar en 49 tardes, después de haber sido herido en las Plazas de Bilbao, Murcia y Cáceres.
No obstante al año siguiente regresó a la madre patria para confirmar su alternativa en Madrid el 22 de mayo de manos de Santiago Martín “El Viti”, en presencia de Sebastián “Palomo” Linares”, con toros de Baltasar Ibán; en esta nueva campaña solamente cortó una oreja en dos actuaciones y al no causar mayor impacto su actuación a la afición madrileña, motivó la inmediata cancelación de esa, su segunda campaña española. Posteriormente solo volvió a España para actuar en corridas sueltas: habiéndolo hecho en 1974 en Marbella y en 1978 en la Feria de abril en Sevilla.
En México, sin embargo, continúa ejerciendo el mando en la fiesta de toros, la que gira en torno a él, es la piedra angular misma, apuntala temporadas, ferias enteras, decide cómo se arman los carteles, impone toreros, ganado y percepciones económicas, casi de forma tiránica, desagradó a muchos, se hizo de innumerables enemigos, tanto dentro como fuera del ruedo y a todos les dio pelea, les cobró afrentas, reales o supuestas, a no pocos toreros y taurinos, controvertido, tiránicos, reconocido, cuestionado, pero infinitamente inmenso.
Sobre la personalidad del regiomontano el historiador José Francisco Coello Ugalde, señaló; “su sola presencia inmediatamente alteraba la situación en la plaza, pues como por arte de magia, todos aquellos a favor o en contra del torero revelaban su inclinación. Parco al hablar, dueño de un gesto de pocos amigos, adusto como pocos, con capote y muleta solía hacer sus declaraciones más generosas, conmoviendo a las multitudes y provocando un ambiente de pasiones desarrolladas antes, durante y después de la corrida. Mientras, en los mentideros taurinos se continuaba paladeando una faena de antología o una bronca de órdago.” Así fue “El Milagro de Monterrey”.
Por ahí nos vemos ENTRE EL CALLEJÓN Y EL TENDIDO, si Dios lo permite.