Dicen que si haces pequeños cambios veras pequeñas diferencias. En el maquillaje, pequeños cambios de hábitos y estrategias le darán enormes cambios en tu look final.
1. Prepara la piel
Las preguntas más frecuentes de maquillaje van relacionadas con la base, el acabado, el aspecto y la duración. Y si bien las compañías cosméticas nos han dado una infinidad de bases de las cuales elegir es de suma importancia preparar correctamente la piel. Una base de acabado mate no podrá hacer mucho si tu piel oleosa no fue preparada con un tónico y un hidratante para su especifico tipo.
El exceso de grasa puede botar tu maquillaje mientras que una piel sedienta lo va a absorber como agua en el desierto.
2. Ten un look que domines.
Sí, el que siempre te va a sacar de apuros, al que con un delineador metálico por aquí o un lipstick rojo por allá te sirva para toda ocasión dándole un toque distinto con detallitos para diferentes eventos o looks.
3. No experimentes en días importantes!
Definitivamente no es el momento, experimenta y practica el sábado en la mañana o el martes por la noche pero ¡nunca antes de un evento!
Nervios + Prisa = Frustración segura
4. El orden de los factores sí altera el producto.
Cuando vayas a hacer un look con sombras obscuras empieza por los ojos y deja la piel hasta el final. Te evitarás correcciones complicadísimas por la sombra que puede caer al rostro y estropearlo.
5. Lava tus brochas
Las brochas sucias no solo son un nido de bacterias, al estar sucias no difuminan bien.
No es suficiente quitarles el color del maquillaje pasado, es necesario lavarlas a profundidad al menos una vez por semana para retirar residuos de grasa del maquillaje y de tu rostro que endurecen el pelo de la misma.
No pierdas en ánimo si no te sale un smokey eye a la primera. Practica, practica y vuelve a practicar que esto es lo que va a mejorar tu técnica y habilidad.
