TERRAZA
En este 2016 es de esperarse un alud de reformas legislativas que harán que se enfrenten dos grupos: los defensores del status quo para que todo siga igual anclados en este deteriorado entorno, y aquellos que buscan echar a andar el México del siglo XXI a favor del paso hacia el modernismo llevándolo a un nuevo status que antes no existía.
Hoy inicia un nuevo año, con nuevas expectativas y metas en lo político, social y económico; los análisis deben hacerse tomando en cuenta lo que sucede a nivel nacional sin dejar a un lado lo estatal y aun también lo local, por supuesto sin descartar lo que sucede en el mundo que sin duda de una u otra forma alteran cualquier panorama.
En lo social todos los mexicanos esperamos y deseamos que las condiciones de vida mejoren, y que en este año se logre la implementación de las Reformas estructurales.
Hoy en este inicio de año las condiciones económicas no han empezado lo bien que se quisiera, tenemos problemas con la caída de los precios del petróleo, los movimientos en la paridad del peso con el dólar y desgraciadamente no se ve que vayan a mejorar.
Sin duda será un año complicado para la mayoría de los países, sin excluir a nuestro país, lo importante ahora será otorgar el beneficio de la duda al gobierno en sus tres niveles: federal, estatal y municipal, para confiar en que habrán de saber tomar las mejores decisiones para la aplicación del presupuesto base cero en este año, al cual se le han dado diferentes interpretaciones de lo que significa.
Según en la facultad de ingeniería de la Universidad Autónoma de México, el presupuesto base cero es una metodología de planeación y presupuesto que trata de revaluar cada año todos los programas y gastos de una organización sea pública o privada; es una herramienta flexible y poderosa para el aparato estatal, puede simplificar los procedimientos presupuestales, ayuda para evaluar y asignar los recursos financieros de manera eficiente y eficaz.
La misma Universidad menciona que dentro de los objetivos del Presupuesto Base Cero está el de reducir gastos sin afectar actividades prioritarias, manteniendo los servicios o minimizando los efectos negativos de la medida. Suprime las actividades de baja prioridad que no afectan el resultado esperado. En caso de requerirse economías mayores, la reducción se extiende a las actividades de prioridad media, tratando de minimizar los efectos negativos de la medida.
En lo político ya se ha dicho mucho de lo que debemos esperar este año, sin embargo la selección de los candidatos dentro de los partidos y la formación de algunas coaliciones han revolucionado el ambiente. Hay que recordar que serán 13 estados que cambiarán ejecutivos. En donde se estará dando la gran batalla será en la selección de los candidatos a las presidencias municipales, y en donde se debe tener mayor vigilancia en la currícula de los aspirantes para poder evitar que la delincuencia organizada penetre desde las campañas.
En este 2016 es de esperarse un alud de reformas legislativas que harán que se enfrenten dos grupos: los defensores del status quo para que todo siga igual anclados en este deteriorado entorno, y aquellos que buscan echar a andar el México del siglo XXI a favor del paso hacia el modernismo llevándolo a un nuevo status que antes no existía.
Las tecnologías de información y comunicación han modificado las relaciones entre las personas para que puedan interactuar con mayor rapidez, pero también han hecho mella en los viejos controles del poder público. Hoy es mucho más fácil documentar declaraciones falsas y acreditar rumores o publicar videos o fotos. Basta un celular y una conexión a internet para tener más información y más influencia de la que haya tenido jamás un ciudadano de otra época, y ni siquiera es necesario salir de casa para convertirse en un militante activo.
Aprovechemos el inicio de este año para cerrar filas todos los mexicanos y así, lograr que la embestida exterior no nos impacte tan fuerte y logremos reforzar la economía interna tanto personal como país.