Home Nuestra Palabra Pablo Vargas 100 días que conmovieron a México, ¿y la democratización?

100 días que conmovieron a México, ¿y la democratización?

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FORO ABIERTO

Se requiere dar un mensaje definitorio de que no será un simple cambio de fachada o de gobierno sino más bien un cambio de régimen político, y para ello se deben redefinir sobre las viejas estructuras políticas autoritarias una serie de transformaciones que permitan a los mexicanos la politización y el fortalecimiento de la ciudadanía, a través de formas de participación deliberativa, crítica y participativa. Si esto no queda claro, veo difícil una 4T.

Estos primeros 100 días de gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) han sido verdaderamente espectaculares, aunados a los cinco meses anteriores de entrega y recepción de la anterior administración Peñista, se ha metido a México en una vorágine de acontecimientos que pueden anunciar modificaciones no solo de gobierno sino posiblemente de cambio de régimen, que esa fue la oferta que se dio en campaña con la cuarta transformación (4T).    
Primero que nada, reconocer que esta nueva alternancia de gobierno fue apoyada por 30 millones de votos, una mayoría contundente que conlleva un mensaje de la sociedad mexicana para dar una oportunidad a las formas y acciones gubernamentales. Este triunfo está encabezado por un liderazgo de centro izquierda, no es de izquierda ni de derecha, a pesar de que sus acérrimos críticos lo ubican en los extremos y en el personalismo autoritario.
La propuesta de un proyecto de nación que en este sexenio cambie sustancialmente los problemas nacionales del país, se encuentran en su proyecto político y en la elaboración del Plan Nacional de Desarrollo, mismo que se encuentra en consulta y elaboración; esto es lo que dará verdaderamente el sello del gobierno de AMLO, si será de izquierda, será progresista o será una nueva etapa del capitalismo con mejoras en aspectos de gobierno y la administración pública.
Por lo pronto en estos 100 días ha dado firmeza en la lucha contra la corrupción, principalmente en los días críticos contra el huachicol donde sectores de la población padecieron las de Caín por la falta de gasolina; parecía que no saldría fácilmente y sin embargo se pasó el trago amargo con la compra de pipas y la distribución de gasolina de manera directa, pero sobre todo con la anuencia de la población.
Aparte de ello, AMLO ha dado “golpes efectistas” que son más entendibles para la gente: abrir Los Pinos desde el primero de diciembre, bajar el salario de funcionarios, las políticas de austeridad, la venta del Avión Presidencial de EPN, y cancelar las Islas Marías, es lo que le han dado un amplio margen de legitimidad y de aumento en su popularidad. No es menos significativo que se haya cambiado la investigación política y que se abran los archivos de la infamia, representativos del antiguo régimen autoritario, primero la DFS y luego el CISEN.
No obstante, también se han observado las dificultades propias del cambio de gobierno, y lo grave en algunos aspectos son las contradicciones o acciones en las que no hay claridad en el rumbo. Por ejemplo lo que ha saltado en la atención no solo de los detractores sino de simpatizantes que no son aplaudidores oficiales, y que han llamado la atención en posibles contrasentidos es la cancelación de estancias infantiles y refugios para mujeres porque “son manejadas por organizaciones de la sociedad civil fifi”. Entre otros polémicos temas.
Estos y otros elementos abren el debate sobre el rumbo y la orientación del gobierno de AMLO. Me parece que con la consulta y aprobación del Plan Nacional de Desarrollo (PND) puede permitir saber la direccionalidad del sexenio y responder la pregunta que hizo Robert Dahl: ¿Quièn gobierna y para quién gobierna?
Llama la atención que en el PND se tengan tres ejes transversales: inclusión e igualdad, combate a la corrupción y mejora de gobierno, que son importantes pero se carece de un fuerte pilar que dé sentido a la 4T. No se ve explicito el eje de la democratización de la vida nacional; quedan difusas y separadas las modificaciones de cambio político.  
Se requiere dar un mensaje definitorio de que no será un simple cambio de fachada o de gobierno sino más bien un cambio de régimen político, y para ello se deben redefinir sobre las viejas estructuras políticas autoritarias una serie de transformaciones que permitan a los mexicanos la politización y el fortalecimiento de la ciudadanía, a través de formas de participación deliberativa, crítica y participativa. Si esto no queda claro, veo difícil una 4T.
En la democratización de la vida nacional debe incluirse la apertura de los medios públicos a nivel nacional y estatal, fortalecer la consulta libre e informada sobre las políticas públicas, consolidar las estructuras de decisión y descentralización del poder, practicar la democracia local y comunitaria, afianzar las actividades de las organizaciones de la sociedad civil y la transparencia y rendición de cuentas con perspectiva ciudadana.