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viernes, marzo 28, 2025

‘En primera persona’: obra que pone carne y hueso a la violencia

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El proyecto escénico ‘En primera persona’, basado en la investigación de víctimas de violencia y desaparición forzada en México, busca iniciar un proceso de memoria y denuncia ante la impunidad de las más de 110 mil personas desaparecidas en el país.

Mónica Meltis, investigadora del proyecto, dice que además, la tasa de impunidad del 99% es una cifra a la que ya “estamos vacunados de escuchar a diario, pero ahí hay un montón de historias de personas buscando a sus familias, luchando por encontrarlas”, y por ello la obra pone carne y hueso a la información “en crudo” de la violencia en territorio mexicano.

Este recital escénico, conformado por investigadores, periodistas, dramaturgos y familiares de las víctimas, agrupa seis casos de desaparecidos y asesinados en un periodo de casi veinte años, empezando por el sexenio del expresidente Felipe Calderón (2006-2012) hasta el penúltimo mandato, el de Andrés Manuel López Obrador (2018-2024).

Jacobo Dayán, coordinador del equipo de investigación en el que están la periodista Daniela Rea y el defensor de derechos humanos Michael W. Chamberlin, explica que la intención era seleccionar casos de «un infinito» número que hay en el país, que fueran representativos y que no estuvieran centrados en un solo sexenio para evitar sesgos.

«También que se representara la diversidad de perpetradores: crimen organizado, Ejército, policías, los vínculos entre crimen organizado y agentes del Estado”, señala.

‘En primera persona’ cuenta las historias de los activistas Claudia Uruchurtu y Samir Flores, pero también el del estudiante Gerson Quevedo, secuestrado y asesinado; el de Jennifer Robles, una de las jóvenes desaparecidas en el Bar Heaven de la Ciudad de México, y el de Nitza Paola Alvarado, obrera maquiladora desaparecida en Chihuahua.

A la lista de casos se une el de la guatemalteca Nancy Pineda, una de los 72 migrantes asesinados por el crimen organizado en San Fernando (Tamaulipas).

Investigación e informes “no son suficientes”

Meltis sostiene que los casos que están aquí se han contado muchas veces, pero considera que la forma de poner luces a las historias «pueden narrar un camino luminoso» no solo para el público, sino también para que las familias de las víctimas se sientan «convocadas y fortalecidas».

En ese sentido, Dayán considera que se ha errado el camino muchos años al pensar que contar «desde el periodismo o la investigación académica era suficiente».

Meltis considera que, pese a que la dimensión de la tragedia es «abrumadora y nos vulnere escucharla en primera persona», se debe reconocer que estos ejercicios «son recordatorios de que hay una potencia en esa memoria colectiva, de que vale la pena seguir buscando procesos en donde nos sintamos más cobijadas».

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