“Arriba la justicia, abajo la reforma”, exclamaron ayer cientos de trabajadores del Poder Judicial (PJF), estudiantes y abogados congregados en el Monumento a la Revolución de la capital mexicana, mientras que, a la vez, asumía el poder la presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum.
Con la mitad de la plaza llena y esperando una convocatoria de mil 600 personas, según declaraciones de las autoridades capitalinas, mexicanos provenientes de diversos estados, como Guanajuato, Estado de México, Tlaxcala y Tamaulipas exigieron, ante la reciente aprobación de la reforma judicial propuesta por el presidente saliente Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), que el estado de derecho y la justicia prevalezcan.
La mencionada enmienda fue aprobada por el Senado mexicano el pasado 11 de septiembre y hará que más de mil 600 cargos judiciales sean elegidos por voto popular en unas elecciones, sistema que deja en una situación de incertidumbre a los integrantes del PJF.
A la protesta asistieron trabajadores de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), máxima autoridad jurisdiccional del PJF, como Armando Salinas, quien aseguró a EFE que “en este día los poderes federales están siendo atacados y se encuentran en crisis”.
“Con la reforma judicial se está desmantelando toda una estructura que habíamos construido durante 30 años, a costa de no sabemos bien qué”, explicó Salinas en referencia al desconocimiento de la implantación de la reforma que les ha dejado “mancos, sin saber qué trabajo estamos haciendo”.
Jóvenes abogados desilusionados
En la protesta también participaron estudiantes de derecho de la Universidad Iberoamericana (Ibero); la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); la Universidad Panamericana; el Tecnológico de Monterrey (TEC); la Escuela Libre de Derecho; el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Como futura abogada, la estudiante de derecho de la Universidad Iberoamericana, María Santoyo, afirmó a EFE que los estudiantes están “desilusionados y desamparados”, ya que con la aprobación de la reforma judicial quienes aspiran a tener una carrera judicial basada en la preparación y el conocimiento “están en un estado de incertidumbre”.
Asimismo, apuntó que “la reforma (judicial) es un retroceso impresionante en la división de poderes” y espera que la presidenta entrante (Claudia Sheinbaum) “tome en sus manos la responsabilidad que ha sido depositada por millones de ciudadanos hacia ella y que no vele por los intereses de un partido, sino por el general”.
