26.3 C
Hidalgo
miércoles, febrero 26, 2025

El pintor español Jesús Soler: «Siempre estoy con la pasión encima»

Más Leídas

Con la pasión por encima de cualquier cosa, siempre en movimiento y sin parar de trabajar en su obra, así es como se describe el pintor español Jesús Soler, que esta semana inauguró en Ciudad de Panamá su exposición ‘Antología de Jesús Soler’, una muestra de 25 de sus nuevas pinturas.

Una prueba que habla de la intensidad con la cual Soler (Huesca, España, 1955) vive su arte, es que desde la mañana hasta que se pone el sol trabaja de manera continua más de diez horas diarias en las obras que han sido parte de sus exposiciones itinerantes en países de América y Europa.

Lo hace cerca de la playa ayudado por la luz, la fauna y el clima tropical de la población de Pedasí, un rincón turístico situado en la costa del Pacífico panameño en la provincia central de Los Santos, donde vive hace más de quince años y tiene su estudio.

«Pues llevo 15 años en Panamá y vivo en Pedasí», expresa con emoción a EFE Soler, pero que «la verdad» su periplo en América lo empezó en Perú, Cuba, Ecuador, y de pronto, dijo, «me encontré en la selva panameña y ya me quedé aquí. Desde aquí hago las exposiciones por Sudamérica hasta Miami».

El artista explica que su obra se basa sobre todo en tres pintores españoles: Pablo Picasso, Joan Miró y Manolo Valdés, «el gran genio de última hora», y luego también entre los latinoamericanos están el ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, que le «reconoció como discípulo suyo», y la influencia del mexicano Rufino Tamayo.

Con una pintura que se inscribe en la corriente expresionista, a Soler le inspira mucho el mar de Pedasí, todo lo que es la flora, inclusive la fauna, delfines, las ballenas en verano, «me inspira mucho», dice, «porque pinto de día. Me levanto a las 6 de la mañana y me pongo a pintar. Entonces, disfruto mucho de la luz, y del sol».

«Siempre trabajo de día, nunca de noche. Desde las 6:30 de la mañana hasta las 6:30 de la tarde. No paro a comer porque sino como español me tendría que echar la siesta. Entonces con 70 años trabajo como unas diez horas diarias», señala el artista.

Añade que este ritmo diario de trabajo lo cumple desde su estudio frente a la playa que describe como el «sitio ideal para inspirarse», ya que no le gusta la ciudad, que le agota mucho.

Confiesa que siendo una persona mayor esto no le hace mella a su energía creativa porque «siempre estoy con la pasión encima, eso me da mucha actividad, y no paro, estoy constantemente en movimiento».

«Yo tengo 70 años, de aquí me voy a Atlanta, de Atlanta voy a otro lado, inauguro en Ecuador, después en Polonia. O sea, no paro, no paro de trabajar», remarcó.

La etapa fundacional

Autor del libro Caos en el Arte Contemporáneo (2004), Soler realizó su primera exposición con 18 años en la galería Cortina de Barcelona, y completó su formación como escultor en la Escuela de Bellas Artes de La Massana con el pintor Modesto Cuixart, quien fue el que lo presentó.

Soler, con estudios en la Escuela Superior de Arquitectura y en el taller del pintor Hidalgo de Caviedes, en Madrid, también es un reconocido pintor taurino y sus obras se han exhibido en la Feria de San Isidro en la Plaza de Toros de Las Ventas en 2008, así como en el Museo Taurino de la Plaza de Toros de Las Ventas en Madrid.

El artista español explica que en su nuevo entorno de Pedasí su obra se ha refundado «totalmente» en el sentido de que vuelve «con reminiscencias de la época de arquitectura», por lo que ahora, dice, «estoy mucho con la geometría».

Agrega que contrario al pintor, escultor, grabador y ceramista español Miró, a quien admira y que basaba su técnica en las manchas, en sus «toros mitológicos» se basa en la geometría: «Yo tengo un defecto, he estudiado arquitectura, y yo, sinceramente, manchas por manchar, no sé hacer, entonces me baso en la geometría, juego con la geometría, el movimiento del toro».

Es precisamente uno de esos «toros mitológicos geométricos» basados en Miró, que Soler ha dejado de manera permanente en la residencia diplomática de España en Panamá, para que, como explicó a EFE el embajador Guzmán Palacios, todos los que la visitan «puedan gozar» de la obra.

«Es una persona muy genuina, con muchísima fuerza, es un pintor de raza, que además (…) trabaja el componente social de la cultura, cómo la pintura tiene ese motor de desarrollo social. Él siempre ha trabajado con colectivos desfavorecidos, sobre todo con niños, haciendo todo tipo de talleres, reuniones, y esa es una parte de su concepción del arte», celebró el embajador.

Autor