RELATOS DE VIDA
Despertó muy ansiosa, su instinto le alertaba que algo podría pasar, aunque también la sensación la achacaba al sueño que tuvo y pese a que apenas lo recordaba, sabía que en esencia tenía que ver con su pareja y el hecho de que no lo encontraba por ninguna parte.
Para calmar su ansiedad, optó por no hacer más caso y siguió con su día, con la confianza de que la convivencia, el cariño, respeto, comunicación y picardía entre ambos ha estado bien durante el año que llevan juntos.
Pero de todos modos, para confirmar, le mandó un mensaje de buenos días; le siguió otro cerca del medio día; uno más al salir del trabajo y por último otro antes de dormir, y ninguno de ellos tuvo respuesta, incluso no se mostraban como leídos, situación que le preocupó pero justificó de muchas maneras posibles.
Al día siguiente, intentó nuevamente con mensajes y después con llamadas sin respuesta; y así estuvo cerca de una semana, no podía comunicarse con nadie porque no conocía a su familia ni tampoco tenían amigos en común, su flechazo se dio en un bar y siguieron con la relación sin involucrarse en cuestiones más íntimas de familia.
Lloró y estuvo preocupada por cuatro semanas más, y se convencía que la única razón de la situación era que algo muy grave le pudo haber pasado, tal vez un robo, un secuestro, un accidente, algo trágico para que hubiera desaparecido mágicamente.
Pese a que buscaba olvidar y no rascar más en la desaparición, diario lo recordaba y le costaba deshacerse de los recuerdos, pero más de las preguntas que la atormentaban de cuál era la razón o en dónde podía estar.
Al cabo de un mes más, regresó al bar donde lo conoció y comenzó su historia; al estar pensando en su inicio observó entre los asistentes y logró observarlo a lo lejos, estuvo un buen rato mirando fijamente, creía que esa imagen era producto de su imaginación hasta que lo tuvo de frente.
El hombre la tomó del brazo y la llevó a la salida del bar, intentando que nadie lo viera salir; una vez afuera y sin dejarle hacer preguntas, le dijo que el tiempo a su lado, fue al estar separado de su esposa, pero que habían podido arreglar su relación y por eso optó por desaparecer de su vida para que él pudiera continuar con su familia.
No hubo una disculpa ni un perdón, ni siquiera un abrazo o un adiós, solo se dio la vuelta y volvió a ingresar al bar; mientras que ella caminó para tomar un taxi que la llevara a casa, lloró toda la noche unos días más y desapareció ese capítulo de su vida.