Activistas y víctimas mexicanas urgen en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer combatir la violencia vicaria, ataque hacia las mujeres mediante sus hijas e hijos y, en ocasiones, solapada por las instituciones de justicia.
Cessna Félix contó a EFE que su ex pareja la aislaba de su familia y amistades y ejercía violencia económica, y después de dos años de vivir juntos y hacerse cargo de todos los gastos, él la echó de su apartamento y se llevó a su hija.
Tiempo después, él la buscó para darle “una segunda oportunidad” a condición de quitar la denuncia, la chantajeaba sexualmente, y cuando ella se negó a ceder a la manipulación, su ex pareja la violó y cortó toda la comunicación entre madre e hija.
Tras un año, Félix supo la escuela donde estaba su hija y acudió a buscarla, pero él la recibió con golpes que la lesionaron permanentemente y la amenazó de muerte. Semanas después, él interpuso una demanda de custodia y el juez la obligó a pagar una pensión alimenticia.
“Las convivencias son cada vez más difíciles. Mi hija actualmente tiene 13 años, yo noto en ella muchos cambios, sobre todo emocionales, la veo ahora como una niña muy retraída, muy seria, mi hija no era así, veo en ella como una luz que se apaga”, expresó.
¿Qué es la violencia vicaria?
La violencia vicaria es una forma de agresión de género en la que los hombres usan a sus hijos como un objeto para lastimar a sus ex cónyuges.
En 2023, México reconoció esta violencia como delito y determinó protocolos para evitarla, además de sanciones para los agresores, pero algunas entidades aún no cuentan con una ley estatal.