¿QUIÉN POR ISRAEL?
(SEGUNDA Y ÚLTIMA PARTE)
La sorpresiva renuncia de Israel Félix Soto al inicio de semana a la Secretaría Ejecutiva de Política Pública del gobierno de Omar Fayad plantea la lógica pregunta: ¿y quién por Israel?.
En tanto y por la información oficial del gobierno se dijo que el Gobernador decidió que Alejandro Enciso quedara como Encargado de dicha Secretaría para el proceso de entrega recepción.
Es decir no hay titular.
Que con toda seguridad será nombrado a la brevedad.
Pero, ¿quién?
Afortunadamente el mismo Gobernador hizo un retrato hablado de las cualidades que debe tener el próximo titular, cuando al agradecer a Israel su trabajo le reconoció: LEALTAD, INSTITUCIONALIDAD y EFICACIA.
Sobresaliendo en este reconocimiento la lealtad que subrayó con un “SIEMPRE CON LEALTAD” al actuar de Israel.
Y no es cosa menor exigir esas cualidades porque el responsable es el que, siempre de acuerdo con el mandatario, define con decisiones fuertes desde la reingeniería para hacer más eficaz la marcha del gobierno, hasta la implementación de las instrucciones del gobernador sobre seguridad, Innovación y tecnología en el acto de gobernar, medidas para racionalizar el gasto público y la política ordenada por Omar para escuchar y obedecer al pueblo en la audiencia pública, entre otras cosas.
Pero lo que es fundamental: lograr que todo el equipo de gobierno marche con eficacia, orden, disciplina y como expresión de la política de servicio que marque el Gobernador sin caer en búsquedas de ganancias particulares en poder o dinero actuando con honestidad y transparencia, lo que logró con eficacia Israel.
Omar Fayad con toda seguridad ya tiene en mente quien se responsabilizará de esta Secretaría.
No sabemos si será hombre o mujer, pero en todo caso quien sea el elegido tiene una gran tarea que cumplir para mantener el ritmo en hechos y logros con Félix Soto.
En cuanto a Israel, está claro que se avecinan buenos días en su camino en el escenario de la lucha por el poder.
DRAMA,TRAGEDIA Y SAINETE
El día de ayer comentábamos algo sobre los actores de nuestra política y hablábamos de los protagonistas, de los personajes que lucen en el escenario por sus hechos y logros que los colocan en el mundo de las figuras.
A los señalados ayer como figuras del escenario político debemos añadir a Julio Valera, que se ha ganado un lugar por su correcta actividad en el Congreso hasta convertirse en el coco de los morenos Sosistas que lo deben soñar. Buen futuro para Don Julio. Del mismo modo buena presencia de María Luisa Pérez Perusquía que puso en su lugar al ajonjolí de todos los moles, Ricardo Baptista, que había cuestionado la actuación de la priista en la Junta de Gobierno de la legislatura 63 y después del análisis de la entrega recepción de la Presidencia de Pérez Perusquía, se tuvo que tragar su veneno porque todo estaba correcto y bien hecho.
Entre los alcaldes, el de Tula Ismael Gadoth Tapia, se debe considerar como protagonista de un buen gobierno con prudencia y talento político para ubicar bien a su municipio.
Mauricio Delmar Saavedra titular de Seguridad estatal es un baluarte en este delicado tema. Es más dado al trabajo que a los reflectores, pero sus logros hablan y muy bien por él.
LOS TRÁGICO: Sin muchas consideraciones, por cuestión de espacio, parecen ser: Gerardo Sosa, Adolfo Pontigo, Cipriano CHARREZ, Humberto Veras, Rafael Garnica, Roxana Montealegre y otros.
CÓMICOS
Dentro de este renglón por sus ocurrencias y actitudes de “grandeza” que se dan: Corina Martínez única para ocurrencias muy buenas, Víctor Osmind Guerrero que de pronto quiere aparecer como experto en temas bíblicos con tal de imponer sus criterios, y otros personajes.
Pero todos doblan su rodilla cuando hace su aparición el emperador de todos los narices rojas por sus desplantes de grandeza, su soberbia de non plus ultra, su autoridad de fuerza y poder, su gran conocimiento en todas las materias y su fuerza y poder que le permiten decidir la suerte del estado, el ajonjolí de todos los moles, la cuchara más fuerte y grande de la pradera: don Ricardo Baptista, del que muchos esperaban más, que sólo su gran habilidad para quemar incienso a su patrón.